EL NIÑO DORMIDO
No levantes la voz; el niño está dormido.
Contén el paso, espera, aguarda en cauto acecho;
que no se mueva el aire, ni se oiga el menor ruido,
para que en tierna paz, te aproximes al lecho.
Mírale sonriente al almohadón asido,
el oso de su vida apretándole el pecho,
en la mano, seguro, tiene un hilo prendido
del globo de colores que oscila bajo el techo.
Alrededor su mundo —juegos de construcciones,
trompos, libros, muñecos, autos, trenes, camiones—;
todo goza en el cuarto sueño de maravilla
salvo el tic-tac cadente del reloj de la abuela.
Déjale que descanse: mañana irá a la escuela;
cuanto más, con los labios rózale la mejilla.
Autor: Marilina Rébora, poeta y prosista argentina (Buenos Aires, 1919-1999).
Su obra está influenciada por Alfonsina Storni y Horacio
Quiroga. Su poesía lírica, pura y mística alcanza alta expresión.
Comentario: Con este poema me siento muy identificada, con solo leer las primeras frases me hace recordar muchas cosas. Creo que es el poema que mas me ha gustado de todos los que llevo publicados.
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