Duerme la calma en el puerto
bajo su colcha de laca,
mientras la luna en el cielo
clava sus anclas doradas.
¡Corazón,
rema!
Autor: fue un poeta español, perteneciente a la Generación del 27. Arrastró una enfermedad pulmonar desde la infancia, lo que le hizo ingresar en un sanatorio suizo donde conoció a los poetas más sobresalientes de la literatura europea y consolidar su vocación de escritor.
Comentario: me ha gustado este breve poema porque el autor declara, con una gran poética, la calma que hay en el puerto a media noche bajo la luna, lugar perfecto para que el corazon se evada remando.
“Hay una cosa de la que nos tenemos que enamorar…
de las palabras. Porque quien ama las palabras ama la vida, ama el amor, ama lo que le rodea y todo en su entorno quiere ser atrapado por sus palabras. Ese sentimiento ha sido, durante siglos, reflejado de diferentes formas pero la principal de todas ellas: EN VERSO. Porque el verso es compañero de las desdichas y las alegrías, es cómplice y aliado, es refugio y cobijo para el que sufre de amor, es el medio más sensual para cantar a la vida, para “piar” que nadie puede arrebatarnos este tesoro: la poesía, nuestras palabras”. (ALL)
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