La lágrima fue dicha.
Olvidemos
el llanto
y empecemos de nuevo,
con paciencia,
observando a las cosas
hasta hallar la menuda diferencia
que las separa
de su entidad de ayer
y que define
el transcurso del tiempo y su eficacia.
¿A qué llorar por el caído
fruto,
por el fracaso
de ese deseo hondo,
compacto como un grano de simiente?
No es bueno repetir lo que está dicho.
Después de haber hablado,
de haber vertido lágrimas,
silencio y sonreíd:
nada es lo mismo.
Habrá palabras nuevas para la nueva historia
y es preciso encontrarlas antes de que sea tarde.
Autor: Ángel González fue un poeta, catedrático y ensayista español nacido en Oviedo en 1922. Su poesía, llena de contrastes, discurre entre lo efímero y lo eterno, características que llevan al lector a divagar y soñar en los temas del amor y de la vida.
Comentario: En este poema se habla sobre los nuevos comienzos. Para empezar una relación de nuevo no sirven las palabras ya dichas, se necesita de unas nuevas para que no haya más dolor ni caigan más lágrimas. Y como bien dice el poema, hay que encontrar esas palabras antes de que sea demasiado tarde y quede todo perdido.
Me encanta que hayas escogido este autor y este poema. Ángel Gonzáles es uno de los poetas que más me gustan. Coincido contigo en las palabras tan acertadas de los últimos versos.
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