EL CRIMEN
Hoy he amanecido
como siempre, pero con un cuchillo en el pecho. Ignoro quién ha sido, y también los posibles móviles del delito.
Estoy aquí
tendido y pesa vertical el frío.
La noticia se divulga
con relativo sigilo.
El doctor estuvo brillante, pero
el interrogatorio ha sido confuso. El hecho carece de testigos. (Llamada de portera, dijo que el muerto no tenía antecedentes políticos. Es una obsesión que la persigue desde la muerte del marido.)
Por mi parte no tengo
nada que declarar. Se busca al asesino; sin embargo, tal vez no hay asesino, aunque se enrede así el final de la trama.
Sencillamente yazgo
aquí, con un cuchillo... Oscila, pendular y solemne, el frío. No hay pruebas contra nadie. Nadie ha consumado mi homicidio. Comentario:Esta poesía trata del asesinato o suicidio de una mujer por la muerte de su marido, nadie sabe quien a sido y la noticia de divulga lentamente por el pueblo. |
“Hay una cosa de la que nos tenemos que enamorar…
de las palabras. Porque quien ama las palabras ama la vida, ama el amor, ama lo que le rodea y todo en su entorno quiere ser atrapado por sus palabras. Ese sentimiento ha sido, durante siglos, reflejado de diferentes formas pero la principal de todas ellas: EN VERSO. Porque el verso es compañero de las desdichas y las alegrías, es cómplice y aliado, es refugio y cobijo para el que sufre de amor, es el medio más sensual para cantar a la vida, para “piar” que nadie puede arrebatarnos este tesoro: la poesía, nuestras palabras”. (ALL)
miércoles, 15 de mayo de 2013
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