“Hay una cosa de la que nos tenemos que enamorar…
de las palabras. Porque quien ama las palabras ama la vida, ama el amor, ama lo que le rodea y todo en su entorno quiere ser atrapado por sus palabras. Ese sentimiento ha sido, durante siglos, reflejado de diferentes formas pero la principal de todas ellas: EN VERSO. Porque el verso es compañero de las desdichas y las alegrías, es cómplice y aliado, es refugio y cobijo para el que sufre de amor, es el medio más sensual para cantar a la vida, para “piar” que nadie puede arrebatarnos este tesoro: la poesía, nuestras palabras”. (ALL)

jueves, 16 de mayo de 2013

Todo era azul - Miguel Hernández

Todo era azul delante de aquellos ojos y era
verde hasta lo entrañable, dorado hasta muy lejos.
Porque el color hallaba su encarnación primera
dentro de aquellos ojos de frágiles reflejos.

Ojos nacientes: luces en una doble esfera.
Todo radiaba en torno como un solar de espejos.
Vivificar las cosas para la primavera
poder fue de unos ojos que nunca han sido viejos.

Se los devoran. ¿Sabes? No soy feliz. No hay goce
como sentir aquella mirada inundadora.
Cuando se me alejaba, me despedí del día.

La claridad brotaba de su directo roce,
pero los devoraron. Y están brotando ahora
penumbras como el pardo rubor de la agonía.

Autor:
Fue un  poeta y dramaturgo de especial relevancia en la literatura española del siglo XX. Aunque tradicionalmente se le ha encuadrado en la generación del 36, Miguel Hernández mantuvo una mayor proximidad con la generación anterior hasta el punto de ser considerado por Dámaso Alonso como «genial epígono de la  generación del 27».

Comentario: 
Me parece un poema precioso, en el que describe esos ojos azules que le hacen sentir. Los describe de una forma tan especial y bonita que me ha enamorado. 


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