En el balcón, un instante
nos quedamos los dos solos.
Desde la dulce mañana
de aquel día, éramos novios.
—El paisaje soñoliento
dormía sus vagos tonos,
bajo el cielo gris y rosa
del crepúsculo de otoño.—
Le dije que iba a besarla;
bajó, serena, los ojos
y me ofreció sus mejillas,
como quien pierde un tesoro.
—Caían las hojas muertas,
en el jardín silencioso,
y en el aire erraba aún
un perfume de heliotropos.—
No se atrevía a mirarme;
le dije que éramos novios,
...y las lágrimas rodaron
de sus ojos melancólicos.
Autor: Juan Ramón Jiménez es un autor perteneciente a la primera mitad del siglo XX y al movimiento novecentismo. Se identifica con la poesía modernista con una sensibilidad e intimismo melancólico. Le pusieron varios apelativos, los más conocidos son: "el retraído" y "el cansado de su nombre". Ganó el Premio Nobel de Literatura por su narración lírica Platero y yo. Busca conocer la verdad y de esta manera alcanzar la eternidad. La exactitud, para él, es la belleza. La poesía es una fuente de conocimiento, para captar las cosas. Juan Ramón tiene una poesía panteística, exacta y precisa.
Comentario: He escogido este poema porque me parece precioso. Creo que los adolescentes que sufren el efecto del amor les gustaría vivir esta escena que, a veces, solo existe en sueños. Y, además, me parece interesante conocer algo más de la vida y de la poesía de Juan Ramón Jiménez ya que lo vamos a estudiar.
Hace ya años que leí este poema por primera vez, de hecho puede que fuera la primera poesía que leí, y desde el primer moento me encantó. Ahora que la vuelvo a leer me doy cuenta de lo bien que representó Juan Ramón Jiménez esa escena, el paisaje, los protagonistas... Seguramente sea la mejor manera de expresar los sentimentos que se encierran en esa simple escena con la que todos hemos soñado alguna vez.
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